Anorexia y Bulimia
La anorexia y sus
síntomas
El término anorexia significa falta de apetito. Se pueden
distinguir dos tipos de anorexia: la debida a problemas físicos, que
suele acompañar a un cortejo de síntomas y signos específicos o
inespecíficos, y la anorexia llamada "nerviosa", de origen
psicológico.
Son enfermedades que se acompañan de anorexia, infecciones como
la tuberculosis, el cáncer de cualquier localización, algunos
trastornos mentales, la adicción a determinados fármacos o drogas
(heroína, anfetaminas, etc.) y las enfermedades del niño en general.
El organismo infantil, sobre todo en los primeros meses, reacciona
como un todo frente a cualquier agresión; por ello, no es de
extrañar que una de las primeras manifestaciones de enfermedad en la
infancia sea la falta de apetito. Es algo normal, que no reviste
gravedad la mayor parte de las vaces.
Por su importancia como entidad clínica independiente,
habitualmente suele ser objeto de estudio y se describe con más
detalle la anorexia mental o nerviosa. La anorexia es la disminución
progresiva del interés por la alimentación, ocasionada generalmente
por una situación familiar irregular, que el niño o el adolescente
organizan de modo inconsciente para oponerse a algún conflicto no
resuelto con su entorno.
La mayoría de los casos de este tipo de
anorexia se suelen presentar en adolescentes, y especialmente en las
mujeres, aunque más recientemente los hombres también están siendo
víctimas de esta patología. Sin embargo, también se presenta en el
lactante y el niño pequeño, aunque con menor frecuencia.
Algunas de las causas de la aparición de la anorexia nerviosa
suelen ser: ambiente paterno de carácter muy dominante o represivo,
sobreprotección en el ambiente familiar, situación de competencia
con otros adolescentes y en ocasiones, aparece como secuela de un
régimen de adelgazamiento inadecuado.
A contiunación se describen varios de los sintomas más
significativos de la anorexia tanto a nivel psicológico como físico;
Psicológicos
Algunos de los síntomas más destacados a nivel psicológico son:
-
Alteración en la percepción de la imagen corporal.
-
Hiperactividad.
-
Dieta excesivamente rigurosa.
-
Masticar una y otra vez antes de tragar.
-
Uso de laxantes y diuréticos.
-
Búsqueda del sentido de identidad.
-
Temor a perder el control no sólo en la comida.
-
Interpretación rígida de las relaciones humanas.
-
Capacidad deficiente para el pensamiento abstracto.
-
ánimo triste.
-
Negación de la enfermedad.
Físicos
Algunos de los síntomas más destacados a nivel físico son:
-
Pérdida de peso que puede superar el 25%.
-
Ojos hundidos, huesos salientes y aspecto envejecido.
-
Desaparición de la menstruación.
-
Bradicardia (ritmo cardiaco lento en exceso).
-
Extreñimiento.
-
Estado de extrema desnutrición.
-
Piel descamada y sucia.
-
Hipotensión.
-
Trastornos del sueño (insomnio y despertar precoz).
Cambios Sociales
Debido a las nuevas tendencias y modas, las actitudes de los
jovenes y adolescentes se han visto influidas o modificadas hasta el
punto de generar enfermedades como la anorexia, enfermedad que en
gran medida, viene propiciada por los importantes cambios sociales a
los que nos vemos sometidos como son: el bombardeo publicitario, los
nuevos modelos, la deseabilidad social.
En definitiva, toda una serie de causas que hacen que cada día
cientos de jóvenes y de no tan jóvenes, caigan presas de dicha
patología.
La cultura de la delgadez
La anorexia y la bulimia, conocidas popularmente a través del
rostro de algunos de sus afectados (como lo fue Lady Diana, Jane
Fonda o la bailarina del Boston Ballet, Heide Guenther, que murió en
junio del 97 como consecuencia de una anorexia), son patologías
modernas que han sabido aprovecharse de las tendencias
sociales de los países industrializados. En las últimas dos décadas,
la delgadez se ha convertido en la tarjeta de visita de todos
aquellos hombres y mujeres que desean triunfar social y
profesionalmente. Los mensajes que hacen referencia a la imagen
corporal son omnipresentes y con ellos se trasmite la idea de que
estar delgado es el medio para obtener la felicidad y el éxito. La
presión por parte de los medios de comunicación así como por parte
de la sociedad es excesiva.
Los expertos creen que uno de los factores ambientales más
involucrados en los trastornos de la alimentación es la moda. El
cuerpo delgado de las modelos es admirado por la mayoría de las
adolescentes que en un intento por parecerse a ellas comienzan a
hacer dietas y a obsesionarse con su peso. La perfección corporal se
ha convertido así en el medio para obtener el reconocimiento social
y el éxito personal.
Pérdida de hábitos alimenticios
La incorporación de la mujer al mundo laboral es otro de los
factores sociales de los que se están sirviendo la anorexia y
la bulimia para su propagación. La ausencia de una persona que se
resposabilice de los horarios de comida (un papel tradicionalmente
atribuido a la madre) ha facilitado que muchos adolescentes que
empezaban su tonteo con la dieta escaparan al control
familiar y acabaran transformando una alimentación irregular en una
enfermedad grave
Aspectos tradicionales, como sentarse a la mesa para comer o
cenar en familia están desapareciendo de los hogares españoles. Este
es, según los expertos en el tema, uno de los motivos que están
favoreciendo la expansión de los trastornos de la alimentación.
Otra de las conductas rotas en los hábitos alimenticios es, la
hora de la merienda. El descontrol a la hora de la merienda ha
aumentado. Ahora cada uno abre la nevera y coge lo que quiere. Los
niños aprenden a comer mal, de ahí que las costumbres dietéticas que
transmitirán a sus hijos también serán erróneas. Una posible
solución a este problema, que puede ser hereditario, sería,
introducir una asignatura sobre nutrición en las escuelas, para que
los niños aprendan cuáles son sus necesidades alimenticias y lleven
siempre un estilo de vida sano.
Personalidad diferente
Las víctimas de la anorexia y de la bulimia poseen un carácter
obsesivo que acaba traduciéndose en una preocupación constante por
el peso y la dieta. Sin embargo, la personalidad de estos pacientes
es diferente. Así, la anoréxica suele estar considerada como "niña
modelo" : perfeccionista, buena estudiante, con un nivel intelectual
alto y con tendencia a evitar conflictos. En cambio, su preocupación
por la opinión que los demás tienen de ella es excesiva, así como su
autocontrol. Las bulímicas, por el contrario, suelen ser más
impulsivas, intolerantes y se frustran más.
La adicción a las drogas es una característica bastante frecuente
entre estas pacientes así como su tendencia a la depresión y a la
ansiedad. Además, suelen fracasar en sus relaciones sentimentales.
A la mujer anoréxica se la descubre antes porque se queda en los
huesos, mientras que la bulímica suele mantener el mismo peso. Esta
es una de las razones por la que las bulímicas mantienen más tiempo
en secreto su enfermedad. Según varios especialistas, la bulímica, a
diferencia de la anoréxica, tiene más conciencia de que está enferma
y suele acabar solicitando ayuda.
Detectar la anorexia
¿ Cómo conocer si un/a adolescente sufre un trastorno de
alimentación ?
Los trastornos de la alimentación son patologías graves. No
obstante, su detección precoz aumenta considerablemente las
probabilidades de curación rápida de los pacientes. A continuación
se exponen algunas de las características más comunes que hacen
sospechar si un adolescente está empezando a desarrollar una
anorexia.
Indicios para detectar la anorexia
:
-
Empieza a restringir su alimentación, evitando cierto tipo de
alimentos considerados calóricos.
-
Evita las comidas familiares, argumentando que tiene que
estudiar, que le duele la cabeza o el estómago o que ya ha comido
fuera.
-
Las cantidades de alimentos son cada vez más pequeñas.
-
Aumenta su actividad física, deporte y está siempre activa.
-
La perdida de peso empieza a ser aparente y no existe una causa
concreta que lo justifique.
-
Empieza a poseer un elevado conocimiento de los alimentos, su
valor nutricional, sus calorías, etc.
-
Su humor empieza a cambiar. Se irrita con facilidad. Alterna
cambios de ánimo que van de la depresión a la euforia.
-
Desea preparar la comida y cocina para toda la familia.
-
Juega con el plato y desmenuza los alimentos.
-
Cada vez que come va al baño.
-
Nunca reconoce que está adelgazando, y asegura que está
gorda/o.
-
Duerme poco y su capacidad de concentración disminuye.
-
Se aisla cada vez más de la familia y de los amigos.
-
Niega incesantemente que tenga un problema con la alimentación.
Mejor diagnóstico
No parecen exitir discrepancias. El diagnóstico, tratamiento y
posterior seguimiento de los trastornos de la alimentación debe ser
multidisciplinario: aspectos nutricionales, psicoterapia, terapia
familiar, farmacoterapia, son varias de las medidas que hay que
adoptar frente a una persona con patología de anorexia.
Además, la detección precoz es un factor que siempre juega a
favor del paciente. Todos los especialistas en el tema acaban por
concluir que, la curación siempre es más fácil cuando el problema se
detecta en sus fases incipientes.
Nueva terminología
Las estadísticas no mienten: el incesable aumento de personas que
acaba desarrollando un trastorno de alimentación se ha elevado
considerablemente en los últimos años.
Algunos autores apuntan a que parte de este crecimiento se debe
tanto a un mayor y mejor conocimiento de dicha patología, a la
aparición de una nueva forma de catalogar la enfermedad, así como a
un mejor y más adecuado método de diagnóstico.
En 1985, los términos anorexia o bulimia parcial no existían. Sin
embargo, y debido en gran medida, a las nuevas técnicas y
metodologías, estos tipos de diagnósticos ya se están empezando a
utilizar, y lo que es más importante, a generalizar entre la
población. En ellos se agrupan los pacientes que padecen varios,
aunque no todos, de los síntomas de la anorexia y la bulimia.
Así pues, como han venido a concluir la totalidad de los
especialistas en anorexia y bulimia, la aparición de esta nueva
terminología, que en gran medida a venido propiciada por los avances
tecnológicos consecuencia de la modernización y la industrialización
de la sociedad, acaba por tener un doble efecto positivo en la
población, tanto en la normal como en la científica.
Perfíl de las víctimas
Sexo: femenino. Edad: 14 a 18 años, son las épocas de más riesgo,
aunque los diferentes estudios sitúan entre los 12 y los 25 años,
las edades en las que con mayor probabilidad pueden aparecer los
trastornos de la alimentación. Clase social: media-alta. Estos han
sido, tradicionalmente, tres de los rasgos más comunes entre
aquellos que padecen anorexia.
Hoy, los trastornos de la alimentación se han saltado las
barreras sociales e, incluso, las fronteras de la adolescencia. La
anorexia, por ejemplo, se ha universalizado. Ahora, es una patología
que afecta a todas las clases sociales y, empiezan a presentarse
casos de personas que sobrepasan la treintena y que sufren este
trastorno.
Uno de los ejemplos que mejor ilustra la gran extensión y, la
personalidad de esta patología, son los casos presentados en
recientes congresos sobre el tema, de treinta mujeres británicas de
60 años, que han sido diagnosticadas de anorexia nerviosa.
El riesgo de contagio
La competencia entre las propias afectadas y el riesgo de
contagio, son dos de los peligros que encierran los trastornos de la
alimentación, en especial la anorexia. Varios especialistas explican
que, en muchas ocasiones, el deseo de perder unos kilos se convierte
en una competición entre amigas.
Cada una, siempre se
verá más gorda que la otra, e intentará seguir adelgazando cada vez
más, hasta conseguir el tipo perfecto, el cual no es más que
producto de su obsesión. Además, entre ellas se apoyan y respaldan
para seguir ayunando y perdiendo peso.
También puede producirse una circunstancia particular, que se
conoce con el nombre de efecto dominó. Se ha comprobado que, cuando
una adolescente logra perder peso y estar más delgada, consigue así
la admiración del resto del grupo y se produce una especie de
contagio. Esto provoca que las amigas de su entorno quieran
parecerse a ella y acaben también enfermando.
Esta circunstancia del llamado efecto dominó tiene su génesis,
principalmente, en la imitación de modelos sobre todo publicitarios,
por parte de los cada vez más influenciables adolescentes.
Más factores precipitantes
Divorcio o separaciones violentas de los padres, sobreprotección
de alguno de los hijos por parte de los progenitores, muerte de
algún familiar, antecedentes familiares de anorexia o depresión o,
incluso, ser el primero o el último de los hermanos, se han revelado
como factores que pueden empujar a un adolescente con cierta
predisposición a sufrir un trastorno de alimentación, a caer
inexorablemente en la telaraña de la anorexia o de la bulimia.
Especialistas de diferentes hospitales del país aseguran que.
entre las primeras pacientes que se ingresaban hace unos años apenas
existían casos en los que los padres estuvieran divorciados, ahora
nos encontramos con que la separación de los padres es una
característica bastante frecuente en estos enfermos, así como, por
ejemplo, vivir excesivamente protegidos.
Consecuencias físicas
Los estudios sobre las consecuencias físicas de la anorexia han
revelado que a corto y medio plazo, los pacientes sufren:
cardiopatías, desajustes de electrólitos, anormalidades
reproductivas, osteoporosis, problemas gastrointestinales y cambios
en la actividad de los neurotransmisores.
A continuación se detallan algunas de las zonas del cuerpo a las
que afecta dicha patología, así como las consecuencias de la misma:
Corazón |
Densidad ósea |
-Disminuye el tamaño del corazón. -Prolapso de la válvula
mitral. -Derrame pericárdico. -Bradicardia e hipertensión.
-Arritmias. |
-Disminución de la masa ósea como consecuencia de la
pérdida de la menstruación. -Tasas bajas de minerales en los
huesos y mayores niveles de hormonas tiroideas. |
Problemas gastrointestinales
|
Cerebro |
-Flatulencia. -Estreñimiento. -Dificultad en el vaciamiento
gástrico. -Reducción del tamaño del estómago. |
-Daños neurológicos. -Calambres, hormigeos. -Niveles bajos
de leptina (regulador del
apetito). |