El trabajo no se abandona de un día para otro, se planifica, organiza, requiere de sistematicidad, obligación, responsabilidad, y sentido de pertenencia. Lo mismo ocurre con la jubilación no se improvisa, y se debe planificar desde años anteriores, de ahí la necesidad de entender la importancia de su preparación sistemática, brindando información adecuada, oportuna y actualizada sobre el proceso de envejecimiento y el trámite jurídico administrativo desde los centros laborales.

La preparación para la jubilación ha de estar encaminada a prevenir sus efectos negativos y a permitir que el  trabajador pase del plano productivo al creativo para mantener su sentimiento de identidad, su autoestima y readecuar su proyecto de vida a la nueva coyuntura.