Las tecnologías ayudan a incorporar en clases un elemento atrayente y didáctico, convirtiéndose los ordenadores en instrumentos de gran aprovechamiento, además proporcionan fácil acceso a materiales previamente preparados por los profesores, esto hace que la orientación y la evaluación pasen a ser procesos más positivos y cercanos debido al uso de este tipo de herramienta, donde con las particularidades de cada estudiante se trabaje mejor en diferentes niveles y se desarrollen capacidades individuales. La simplicidad y rigor de la tecnología para evaluar continuamente los avances permite al sistema medir la calidad del aprendizaje real.
En la universidad médica, la educación ha adquirido un creciente número de innovaciones; sin embargo, la mayoría de los cambios involucran a un patrón diferente de comportamiento y un acercamiento distinto de los estudiantes. Las personas que aún mantienen una posición tradicionalmente cómoda, que además usan métodos reproductivos y hábitos de aprender de memoria, les puede parecer, al principio, totalmente ajena la introducción de ordenadores para la instrucción y autoevaluación de los conocimientos. Por ello, los nuevos modelos de aprendizaje se ocupan cada vez más de problemas de la personalidad, y formas de comportamiento, por tal motivo es preciso trabajar en función de formar recursos humanos competentes, con calidad y rigor académico, a fin de crear médicos con valores, actitudes y conocimientos profundos acordes a las necesidades de la sociedad.