En estos momentos existen más de 100 millones de recursos educativos abierto y la cifra sigue subiendo de forma exponencial. Conocer sus características, dónde y cómo encontrarlos y utilizarlos, puede abrirnos las puertas a un mundo infinito de posibilidades.
El concepto de REA incluye cualquier tipo de recurso educativo que esté disponible de forma gratuita para ser empleada por la comunidad educativa. Esto puede incluir desde libros de texto, artículos de revista, vídeos, podcasts, blogs, wikis, herramientas, aplicaciones, programaciones curriculares, unidades didácticas, experiencias educativas, imágenes, infografías, simulaciones, bases de datos, juegos, plataformas, cursos, redes sociales, foros y así un largo etcétera.
Para la mayoría de los expertos, los REA se conectan de forma directa con la tecnología, subrayando que se trata de materiales digitales. Mientras, unos pocos también consideran otros recursos analógicos, aunque esta no es la opinión más generalizada. Por ejemplo, la definición de la UNESCO, que acuñó el término en el año 2002: “La provisión de recursos educativos abiertos, habilitados por las tecnologías de la información y la comunicación, para la consulta, uso y adaptación por una comunidad de usuarios con fines no comerciales“ (UNESCO, 2002, p. 24).
De un modo más conciso, también se puede decir que son materiales educativos digitales de acceso gratuito, con licencia Creative Commons. Sea como sea la definición, las cifras hablan por sí solas: se considera que en 2006 había más de 50 millones de recursos, mientras que en 2017 se registraron más de 800 millones. De todos estos, el 70% tiene su origen en Europa y Estados Unidos.
Se suelen diferenciar dos tipos de recursos educativos en abierto: en primer lugar, los que siguen el modelo institucional y son creados por expertos; en segundo lugar, los enmarcados en un modelo de comunidad, producidos, individual o colectivamente, de forma altruista, mediante herramientas digitales gratuitas que permiten compartir contenido entre los usuarios. Los REA (Open Educational Resources, en ingles) se caracterizan por las 4Rs por su:
Accesibilidad: acceso gratuito y variedad de recursos que pueden ser útiles para la atención a la diversidad,
Reusabilidad: son editables y reutilizables por los usuarios,
Adaptabilidad: se pueden, y deben, adaptar al contexto educativo en el que se desean emplear,
Combinación: se pueden combinar entre sí dando lugar a nuevos materiales,
Redistribución: además de compartir el recurso original para que pueda llegar a más personas, los nuevos materiales generados a partir de los existentes también deberían ser publicados y redistribuidos.
El REA se conoce, se analiza, se adapta, se aplica y se difunde.
Algunos expertos cuestionan su universalidad y su carácter gratuito. Por ejemplo en el caso de los MOOC, cursos gratuitos que, en muchas ocasiones, ofrecen certificados de pago. Un aspecto por el que algunos autores los presentan como cursos publicitarios para captar estudiantes. Aunque así fuese, no debemos infravalorar su vertiente formativa. Los detractores más acérrimos van más allá y los tachan de imperialistas.
Otra crítica que suele ser recurrente subraya la idea de que, al tratarse de recursos editables y abiertos, cualquiera puede participar. Por este motivo se pone en tela de juicio su idoneidad y su rigor educativo. Sus defensores indican que es ese carácter dinámico lo que les aporta fiabilidad, ya que se van mejorando según van pasando de educador a educador.
Los REA son recursos dinámicos, personalizables y adaptables, cuya capacidad de crecimiento no tiene límite”.
Nos queda claro que existen muchos contenidos en abierto que pueden ser empleados en educación sin haber sido creados con tal finalidad. Por ejemplo, aunque una gran cantidad de vídeos en YouTube son abiertamente educativos, otros no lo son pese a que se utilizan a menudo con ese objetivo. Igualmente, hay redes sociales generalistas no especializadas, como Twitter, que pueden ser un medio de distribución inmejorable.
Pero hemos dejado para el final la pregunta para la que todos estamos esperando respuesta: ¿Cuáles son los recursos más importantes?, ¿alguna recomendación? Por destacar alguno de forma genérica, podemos subrayar la creciente relevancia de las herramientas digitales. No solo ofrecen la opción de crear juegos o recursos para los estudiantes, por ejemplo, sino que nuestras creaciones son añadidas, con nuestro permiso, a un banco de libre acceso, quedando disponibles para otros usuarios.
Como afirma esta cita de Castro Mozo, el docente actual debe convertirse en un curador de contenido porque es un mediador crítico entre ese exceso de información de su asignatura y los estudiantes.