En Cuba, los fundamentos económicos que han contribuido a la construcción y sostenimiento del sistema socialista se han basado en los principios del marxismo-leninismo y en la implementación de políticas económicas específicas. Algunos de los principales fundamentos económicos que han caracterizado el socialismo en Cuba son:
1. Propiedad estatal de los medios de producción: Desde la Revolución Cubana de 1959, se estableció la nacionalización de los principales sectores económicos, incluyendo la industria, la agricultura y los servicios. Esto ha permitido el control estatal de la economía y la planificación centralizada de la producción.
2. Planificación central de la economía: En Cuba, el Estado desempeña un papel central en la planificación y dirección de la economía, a través de la elaboración de planes quinquenales y la asignación de recursos de acuerdo con las necesidades y prioridades del país.
3. Prioridad en el bienestar social: El sistema socialista en Cuba ha priorizado la satisfacción de las necesidades básicas de la población, garantizando el acceso gratuito a la educación, la salud y otros servicios sociales. También se han implementado políticas de redistribución de la riqueza para reducir las desigualdades económicas.
4. Control estatal de sectores estratégicos: En Cuba, el Estado controla sectores clave de la economía, como la energía, el turismo y el transporte, con el fin de garantizar la autonomía y soberanía económica del país.
Además de estos fundamentos económicos, en Cuba también se han implementado medidas como la sustitución de importaciones, la promoción de la agricultura urbana y la diversificación de la economía hacia sectores como el turismo y la biotecnología. A pesar de los desafíos económicos y las restricciones impuestas por el bloqueo económico de Estados Unidos, Cuba ha logrado mantener un sistema socialista que prioriza el bienestar social y la igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos.