Teniendo en cuenta que la salud bucal es un proceso en el que interactúan sistemas de carácter biológico, psicológico y social, se hace necesario trabajar en una concepción que incluya esta complejidad. El futuro estomatólogo, debe ser capaz de identificar e interpretar los estados y características psicológicas de sus pacientes, para tratar de moldearlos en función de los valores éticos profesionales, que demanda una atención integral personalizada.