Cuando estamos en la calle, en el parque o en otro centro que no es nuestro propio centro de trabajo (entiéndase institución de salud), seguimos siendo médicos, enfermeras, profesionales y/o estudiantes de la salud. Como tal debe de ser nuestro comportamiento y actitud ante las personas que nos rodean y que nos distinguen, (aún sin conocernos en lo personal) por el hecho de llevar la bata blanca, símbolo de nuestro ministerio.
Nuestra bata nos distingue del resto de los conciudadanos tanto como el uniforme verde a un militar o el azul a un policía. Como nos comportemos cuando lo llevemos es como se habla de nuestra institución, por esto es importante recordar que representamos a todos los que en su día a día de trabajo visten de blanco para atender a los que nos necesitan y que nos reconocen no solo por quienes somos, sino también por cómo actuamos.
El Ché se distinguió siempre por demostrar lo que era: un revolucionario hacedor de la libertad e igualdad. Para ser como el debemos distinguirnos en el cumplimiento de nuestro deber y en nuestro propio actuar.