Inicialmente la educación a distancia (EAD) devino una opción para el aprovechamiento de la interconectividad que propicia el internet y el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información, con ello se comenzaron a llenar vacíos que persistían relacionados con las interrelaciones educador-educando, sobre todo relacionado con la distancia geográfica, lo cual se fue generalizando en otras dimensiones, la búsqueda de información, las sesiones no presenciales, las interacciones tutor-tutelado, etcétera. De la comunicación lineal, se dio un salto a los recursos de aprendizaje donde ya no era preciso la conexión en tiempo real de dos o más miembros en la net, sino que el espacio propiciaba los recursos para el proceso de enseñanza en condiciones de libertad temporal. El propio desarrollo de estos recursos iba incrementando las opciones y variantes de formas y opciones de aprendizajes hasta la actualidad, que el desarrollo de soft ware educativos y de recursos docentes han facilitado el acceso masivo a estas tecnologías.
Ya ha devenido en una ciencia el desarrollo del aprendizaje virtual y son cada vez más los defensores de estas variantes de educación.
Pero sin duda alguna, el advenimiento de la pandemia de Covid-19 ha sido el suceso que ha impulsado a casi la totalidad de los sistemas de enseñanza y universidades a llevar a la práctica masiva y generalizar la EAD. Esta situación epidemiológica, donde el distanciamiento físico constituye una de las medidas universales probadas para su prevención, ha obligado a permanecer en la distancia los diferentes entes del proceso educativo. Justamente, este suceso ha demostrado las potencialidades y fortalezas de esta forma de aprendizaje. Es definitivamente una de las lecciones aprendidas de la pandemia actual, el valor y la importancia de los procesos de EAD. Tanto la enseñanza de pregrado como postgrado, y las diferentes vías de socialización presenciales de investigaciones científicas, han tenido que ser adaptados a este tipo de enseñanza.
Un ejemplo de lo planteado es la Maestría de Salud Pública de la ENSAP de la cual soy maestrante, los procesos presenciales pasaron a la forma virtual y esto ha propiciado una mayor interacción entre profesores y maestrantes. La readecuación a talleres de dudas, foros de intercambio y discusión de tareas han empleado, además de la plataforma virtual del centro, todas las restantes vías que propician las redes sociales y los correos electrónicos. No ha sido necesario detener los procesos modulares y los profesores, por demás de muy alto nivel en Cuba, han accedido a un despliegue de variantes para que la calidad de la maestría mantenga su excelencia. Sirva este foro para agradecerá los coordinadores y profesores tanta calidad de los procesos a través de estas formas de enseñanza. Recomendamos que sea tomado como ejemplo el sistema de EAD que se lleva a cabo en nuestra maestría.